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martes, 16 de mayo de 2017


7 señales para reconocer correos electrónicos peligrosos







La cantidad de correos electrónicos peligrosos ha aumentado cada vez más, por lo que se deben tomar precauciones.
(Lea también: Facebook contratará a 3 mil personas para cuidar a la red social de contenido violento)


Según datos ofrecidos por la empresa de software de seguridad Kapersky, en el año 2016 ocurrió un aumento de correos electrónicos con contenido malicioso, detectando así en el mes de marzo del mismo año más 22 millones de estos mensajes dañinos.

Para evitar caer en la trampas electrónicas se invita a reconocer estas señales
1. ¿Quién emite el mensaje?

La primera señal ante la cual debes estar alerta es el remitente del mensaje: recibir un correo de un remitente desconocido genera desconfianza.

El otro factor al cual debes estar atento es si recibes un correo de una persona conocida.

Hay casos en los que incluso es posible que el ciberatacante utilice el nombre de alguna empresa conocida, inclusive la de un banco, con el fin de hacerle creer a su víctima que está recibiendo un comunicado oficial. Es recomendable en estos casos, observar con detalle los enlaces del remitente, así como recordar que muchas compañías (Apple, Dropbox PayPal,) no piden nunca por correo las contraseñas.
2. ¿Cuál es la apariencia de un correo peligroso?

Pese a que el modo de actuar va mejorando con el tiempo, la verdad es que todavía hay algo que delata a los ciberdelincuentes: su redacción, es muy básica, y además de entender muy poco, utilizan términos impersonales como "Estimado señor" o "Estimado usuario".
3. Un asunto sospechoso

Además de lo ya mencionado, un detalle que puede ayudarnos a darnos cuenta si estamos ante un posible caso de phising, incluso sin abrir el mensaje, es el asunto, puesto que usualmente utilizan tono de urgencia, exigiendo algún tipo de acción (como suministrar datos personales, o alguna contraseña), y colocan una fecha límite además. Muchas veces los redactan en mayúsculas.


4. Los archivos adjuntos, ¿qué extensiones tienen?

Muchos de los correos electrónicos peligrosos, contienen ficheros adjuntos que también lo son. Resulta conveniente no abrir ni ejecutar dichos ficheros. Muchos ficheros, especialmente los ejecutables, son peligrosos. Estos poseen extensiones del tipo .exe, .com, o .bat. Incluso, algunas veces los cibercriminales tratan de enmascarar estas extensiones y hacerlas pasar como inofensivas, como .doc o .exe.
5. ¿Te han pedido algunos de tus datos personales o bancarios?

Es fundamental conocer y recordar que ni las grandes empresas de tecnología ni los bancos solicitan ningún tipo de datos a través de correo electrónico. Si observas algún correo con esta característica, sin duda se trata de un caso de phishing.
6. Enlaces que redirigen a sitios extraños

Debes estar atento a este detalle, ya que otro método –además de los ficheros adjuntos- que es utilizado con frecuencia por ciberdelincuentes, es el uso de enlaces enmascarados en el correo, es decir, enlaces que no permiten ver, de forma inmediata, hacia donde dirigen.
7. Te hacen ganador de un concurso imaginario

Un correo electrónico peligroso casi siempre cumplirá con la característica de sonar irreal. Por ejemplo, le comunican al usuario que ha sido seleccionado como ganador de algún tipo de concurso, como intermediario entre cuentas bancarias millonarias, heredero de una

lunes, 20 de febrero de 2017


Mira cómo nos engaña Facebook y nos sentimos felices





Facebook ya es algo más que una herramienta para comunicarnos con familiares y amigos. Se ha convertido en una especie de Estado extraterritorial, gobernado por gente a la que nadie eligió pero se siente cómoda en ese imaginario trono. ¿Es Zuckerberg un filántropo o un mero empresario? ¿Por qué ese repentino interés en alcanzar el ‘mundo feliz’?

El año pasado muchos especularon con que el cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, tenía planes de postularse para un cargo público. Pero Zuckerberg tiene ya una posición de poder e influencia sobre un gran ‘electorado’. Facebook cuenta con 1.790 millones de usuarios activos mensuales: una cuarta parte de la población mundial y más gente de la que vive en EE.UU. y China juntos.

Construyendo una comunidad global

El director ejecutivo de Facebook publicaba hace unos días una especie del ‘Discurso del Estado de la Unión’ dirigido a los usuarios de su red social. El ‘post’ se hizo ensegida viral y algunos medios no tardaron en bautizarlo como el ‘el manifiesto’.

Titulada “Construyendo una comunidad global”, la publicación consta de casi 6.000 palabras y plantea lo que se puede resumir en un par de frases: Facebook es tan poderoso que es hora de aprovechar su alcance para crear una nueva infraestructura social y sentar las bases de una comunidad global supranacional que sirva al bien común.

En su ‘post’ el cofundador de Facebook plantea un nuevo modelo de orden mundial con su empresa en el centro. Zuckerberg enumera los logros de la mayor red social del mundo y cómo esta contribuirá a la formación de una comunidad segura, inclusiva, informada y participativa. Entre otras iniciativas, Zuckerberg propone:

luchar con más vehemencia contra el contenido falso, sensacionalista o extremista;
desarrollar alertas para informar de que estás bien si te encuentras en zonas afectadas por catástrofes;
ajustar sus algoritmos para que cada uno establezca su umbral de lo aceptable en cuestión de desnudos o violencia, porque una comunidad multicultural lo necesita.

¿Buenas intenciones?

Los medios de información no tardaron en hacerse eco de la noticia, la mayoría alabando el reto propuesto por Mark Zuckerberg para construir un mundo mejor. Pero más allá de reflexiones generales a nivel teórico, el magnate informático no ofrece ninguna solución en concreto.

Se trata de una empresa con un poder inmenso sobre nuestras vidas: una cuarta parte de la población mundial –casi 2.000 millones de personas- tiene cuentas en Facebook. Por lo tanto, la ausencia de propuestas concretas para formar esa comunidad global es lo que suscita dudas sobre las verdaderas razones de ese repentino interés por el bienestar mundial.

domingo, 19 de febrero de 2017


¿Evolución de las computadoras puede estancarse antes de lo pensado?




En 1965, Gordon Moore, uno de los creadores del mayor fabricante de circuitos integrados del mundo, Intel, predijo que cada dos años se duplicaría el número de transistores en un chip. Aquello se convirtió en ley y marcó el ritmo de una revolución digital que no ha podido ser igualada por ninguna otra tecnología de consumo. Pero, ¿hasta cuándo es sostenible la evolución?
Desarrollo vertiginoso

Intel, en sus comienzos en 1971, lanzó el primer microprocesador disponible en el mercado con unos 2.300 transistores de 10 mil nanómetros (mil millonésimas partes de un metro)

44 años después, cuando Intel ya era la principal productora de chips del mundo, lanzó Skylake con aproximadamente dos mil millones de transistores tan diminutos que eran literalmente invisibles. Una evolución sin duda vertiginosa, pero ¿sostenible?

Reducir el tamaño de los componentes es cada vez más difícil, los transistores modernos tienen elementos que se miden en decenas de átomos. De aplicarse la ley, de aquí a 2050 los ingenieros tendrán que poder hacer componentes más pequeños que un átomo de hidrógeno, elemento más chiquito del mundo.

Y eso parece casi imposible, lo que echaría por tierra la ley de Moore y la posibilidad de un computador invisible.
¿No vale la pena intentarlo?

Anteriormente, hacer que los componentes de los microprocesadores más pequeños garantizaba que los chips fueran más rápidos, requirieran menos energía y resultasen hasta más baratos. Pero en la actualidad reducir el tamaño ya no tiene el mismo efecto y por el contrario, dado el sofisticado equipo necesario para producirlos, se hacen cada vez más caros.

Y esto no fue ignorado por Moore, quien en una segunda ley expuso que cada cuatro años, el costo de las plantas de producción de chips basados en semiconductores se duplicará, elevando de forma exponencial el precio de producción de cada chip que llegue al mercado.

En promedio, las empresas del sector invierten unos 10 mil millones de dólares por cada planta que tienen que construir o renovar cada dos o cuatro años, pues la velocidad con la que la industria tecnológica avanza hace que se vuelvan obsoletas. De cumplirse la ley, el costo de fabricación de una nueva planta en 2028 sería de unos 118 mil millones de dólares.

Lo que le da a la evolución un toque económico poco conveniente y sin futuro. Por tanto, se espera que el mercado frene la progresiva miniaturización de los transistores y la tendrá que recurrir a otras técnicas para no estancarse.